martes, 17 de enero de 2012

SOBREESPACIOS no hay nada escrito




La cotidianidad nos lleva a indagar en nuevas
formas de abordaje, para las nuevas prácticas
artísticas.
El saber común nos moviliza.

SOBREESPACIOS no hay nada escrito

Antes de comenzar a publicar diversos pareceres sería necesario tener presente que significa darle voz a un proyecto como el de LAQUINTAPATA, en una ciudad en donde las artes visuales tiene fuertemente una historia construida alrededor de la pintura.
Creemos necesariamente en que la ciudad necesita descubrir que hay otras posibilidades en relación a las producciones que vienen realizándose en la ciudad, y que, de alguna manera, han sido sesgadas.
Alrededor de este sesgo podemos presuponer muchas realidades en contraste con otras ciudades que han podido desarrollar otras versiones en las artes visuales, desde la mirada moderna del arte, aunque aquí ya entraríamos en un primer dilema y es que no hay ni un museo de arte moderno en la ciudad, ni siquiera podemos encontrar escritos en un solo lugar.
Es decir, no hay una historia compilada de las artes visuales en la ciudad, que es diferente a no hay historia, historia hay, y se encuentra en las diferentes voces de los singulares artistas plásticos de la ciudad.
En otra versión, seria que la ciudad en relación a otras es más próxima en el tiempo que otras, osea fue fundada con posterioridad como para desarrollar una historia que pueda mostrar otras realidades en las producciones artísticas.
Pero también es un equívoco ya que es bien sabido que ciertas tradiciones existen porque hubo algo que las sustento, es decir generalmente están ligadas a las clases pudientes, ciertos conceptos, y no es por nada que muchos sigan otorgando credibilidad al supuesto de la genialidad de los artistas, se olvidan de decir que las obras se construyen trabajando.
Claramente estamos hablando de cómo se construye el lugar de las artes visuales en la ciudad, de cómo ciertos sectores en sus orígenes le dieron ciertos status, en como también ciertas creencias se siguen sustentado, haciendo ardua la tarea de simplemente querer mostrar algo que no es innovador, sino que más bien, se resuelve en la visibilidad de artistas contemporáneos y compatriotas.
En este sentido, lo que pasa en los centros no tiene por que pasar acá, o lo que sucede acá no tendría que pasar allá, es decir no interesa si hay un orden, un correlato sino interesa lo que está sucediendo en la ciudad y la posible apertura que está teniendo este nuevo pensar las artes visuales en la ciudad.
No cabe duda que el campo de las artes visuales en la ciudad se debe varios debates.
Comenzando por las débiles políticas culturales, pasando por no haber espacios concretos de muestra, ni que preserven las producciones de obra como patrimonio de la ciudad, hasta las formaciones académicas, los talleres, entre otras cosas que hacen que indudablemente pueda haber una consciencia plena de lo que se realiza en la ciudad a nivel arte.
Es así que, bajo todos estos factores comienzan a surgir el concepto de espacios emergentes como lugares no determinados, de exploración-experimentación, en donde sustentar proyectos sugiere un grado de complejidad en todos sus aspectos, tanto organizativos, económicos, conceptuales, etc.

Es en esta línea de pensamiento nos identificamos, ya que creemos que producir obras tanto manualmente como digitalmente, virtualmente, también es producir conocimiento para la historia, la vivencia de un lugar.
LAQUINTAPATA es un espacio de arte contemporáneo que surge a partir de la inquietud de ver que en la ciudad, permanecía sesgada otras variantes en las maneras de producir obra.
Una idea de producción que encuentra sus orígenes en la década de los sesenta pero que no respeta tiempo cronológico sino que intertextualiza con otras, se apropia y re apropia.
Entonces, este espacio emergente nace como respuesta a otras posibilidades de mirar y pensar las prácticas artísticas que se están gestando en la ciudad, y que acertadamente tienen sus orígenes en la década de los noventa.
A partir de la existencia de un espacio clave, que pudo albergar artistas de diversos orígenes como lo fue el Cenáculo, pero también, a una serie de obras de la autoría de Alejandra Veglio, que sitúa lo conceptual, lo hibrido, en preponderancia a lo retiniano.
Sin lugar a dudas, lo que en este momento comienza a sonar como algo nuevo tiene referentes en el tiempo.